Viajar es extender la vida

En mi vida he tenido la oportunidad de viajar mucho dentro de mi contexto que es pequeño, no han sido grandes fronteras, pero si grandes experiencias. Crecí en un pequeño pueblo, y sin pensar que la vida me llevaría por muchos destinos.

Cuando tenia 16 años salí de mi casa, rumbo a la universidad, 9 horas de mi hogar. Y comenzó una secuencia de viajes que no se han detenido hasta hoy, son viajes pequeños, no creas que hablo de grandes viajes, diferentes fronteras y muchos aeropuertos. Hablo de viajes en bus, en moto, en carros particulares y un sinfín de medios de transporte que no podrías imaginar considerando que apreciado lector podrías estar en cualquier parte del mundo.

Y quiero contarte que al menos 3 lecciones, enseñanzas o reflexiones que desde mi contexto he aprendido.

  1. Los seres humanos somos uno, aunque diversos.

Hasta ahora, no importando a donde vaya, los humanos compartimos valores, costumbres, filosofías de vida muy similares y cuando se trata de objetivos, metas y sueños, coincidimos en gran manera. Queremos ser felices, tener una vida con significado y cada vez ser mejores, alcanzar un nivel mayor de vida para los nuestros.

A la par de esta premisa, somos diferentes, casi que pareciera dentro de las mismas regiones, que viajaras a otro país. La cultura, la comida, el modo particular de vivir, cambia mucho, considerando incluso asuntos relacionados con el clima, la ubicación geográfica determina tanto, que muchas prácticas de ciertas regiones serían impensables en otras.

Sin embargo, en tal diversidad, encuentro belleza y aprecio por el ser humano.

2. El tiempo se concibe de forma personal.

Aunque todos tenemos las mismas horas del día, he escuchado en muchas ocasiones la percepción corta o extensa de cada día, solemos decir «hoy el día fue corto», «Que día tan largo». Sin duda, es una percepción.

Todo está condicionado a si disfrutamos el día, o las cosas no salen como esperábamos. Viajar hace que el tiempo sea relativo, cuando viajo y duermo por ejemplo, es muy rápido que pasa. En otras ocasiones regularmente de día o viajes cortos, escucho música, un podcast, entrevistas y otras tantas cosas, el tiempo de forma muy paradójica y contra intuitiva, el tiempo siento que lo aprovecho, pasa lento, aprendo o disfruto, y cuando menos me doy cuenta ya llegué al destino.

3. Disfrutar el viaje, como la vida es una elección.

Debo confesar que antes no disfrutaba mucho viajar, no tenia ni la actitud ni ciertas herramientas que hacen disfrutar más. Un día, siendo consciente que sería parte de mi vida viajar, decidí comprar una almohada de cuello, unos audífonos cómodos, batería extra, una que otra suscripción de audio para escuchar sin conexión y un mejor equipaje, y ha sido un cambio significativo.

Creo sin duda que la vida es como viajar, es nuestro más grande viaje, y lo más importante es tener una actitud correcta, disfrutar el proceso y no ansiar demasiado el destino. La felicidad en si, no es un destino, sino un estilo de vida.

Disfruta el viaje.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *